De la introspección a la acción Grof Y
LASZLO.
Sobre nuestra curación y la del mundo
Laszlo: Los temas que hemos tratado esta mañana dejan bien claro que la
primera condición básica para crear un mundo sustentado en la paz y la
cooperación es un mejor
entendimiento entre las personas, y también entre
las culturas. ¿Queremos decir, por consiguiente, que la nueva
espiritualidad también es una manera de alcanzar el entendimiento
intercultural? ¿Acaso la espiritualidad capacita a las personas para
vivir juntas y llega a curar las heridas de la sociedad y el mundo en
general?
Grof: Sin duda aquí está el potencial. Las experiencias transpersonales
en
las que sentimos que nos identificamos con los demás podrían
desembocar en una mayor aceptación. He podido comprobarlo en numerosas
ocasiones. El único problema sería saber si eso puede darse a gran
escala,
y
a tiempo, para poder cambiar las cosas.
Laszlo: La gente de Auroville, la comunidad experimental hindú basada en
la
espiritualidad, está convencida de que si un gi‑upo de individuos se
concentra en una determinada clase de conciencia, eso afectará también a
los demás. ¿Creéis que la difusión de la conciencia transpersonal es un
factor real y prometedor?, ¿que esta propagación, y no esa conciencia
que
va
pasando de uno a uno hasta abarcar a todos los individuos, podría ser
la
causa de un cambio significativo en nuestro mundo actual?
Grof: ¡Absolutamente! En la India creen que los yogis que meditan en las
cuevas del Himalaya pueden influir de manera positiva en la situación
mundial; y en la actualidad disponemos también de las ideas de Sheldrake
sobre la resonancia mórfica. Por desgracia, la teoría del centésimo
mono,
una atractiva y logradísima imagen de este mecanismo, resultó ser una
ficción en lugar de un hecho científico. Al principio creó una gran
expectación, pero luego Lyall Watson admitió que la había inventado.