15 de noviembre de 2010

ADICCION, ESPIRITUALIDAD Y LA CIENCIA OCCIDENTAL - Stanislav Grof

      Stanislav Prof, M.D., P.H.D., es psiquiatra con expenencia de m·s De 30 años de investigación sobre estados no ordinarios de conciencia inducidos porsustancias psicodÈlicas y varias tÈcnicas sin drogas.Nació en Praga, Checoslovaquia, donde también hizo sus estudios cientÌficos -un grado M.D. en la Escuela de Medicina de la Universidad de Charles y un grado P.H.D. en la Academia Checoslovaca de Ciencias. Sus primeras investigaciones sobre el uso clÌnico de drogas psicodÈlicas fueron llevadas a cabo en el Instituto de Investigación de Praga, donde era el principal investigador de un programa sobre el potenciaL heurÌstico y terapéutico del LSD y otras sustancias psicodélicas. En 1967, fue invitado como miembro de investigación y clÌnico por la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, MD. Al cabo de dos años decidió quedarse en Estados Unidos y seguir su investigaciÛn como Jefe de Investigación Psiquiátrica en Maryland y como profesor asistente en psiquiatria en la Clínica Henry Phillips de la Universidad Johns Hopkins. En 1973, fue invitado por el Instituto Esalen en Big Sur, Califomia, donde vivió hasta 1987 en calidad de residente escolar escribiendo, dando seminarios y cursos, y desarrollando con su esposa Christina, el Holotropic Breathwork, una forma innovadora de psiquiatría experiencia. Fue miembro del Consejo de Administración del Instituto.

               
Por ahora vive en MU Valley, CA, dirigiendo seminarios pr·cticos para profesionales en trabajos de respiraciÛn holotr·pica y psicologÌa transpersonal (Grof transpersonal training) y da cursos y seminarios en todo el mundo. Es uno de los fundadores y jefes teÛricos de la psicologÌa transpersonal y Presidente ftmdador de la International Transpersonal Association. En esta f-tmciÛn ha organizado conferencias internacionales en Estados Unidos India y Australia.

                 Quisiera tratar ahora el tenÌa de las relaciones entre la espiritualidad y la religiÛn. Considero extremadamente importante que la diferencia entre ambas quede bien clara, antes de proceder a considerar las conexiones entre ciencia y espiritualidad, ya que la ciencia y la religiÛn jam·s se podr·n sintetizar, pero resulta en efecto muy f·cil el sintetizar la ciencia con la espiritualidad. No debemos confundirnos y pensar que el hecho que la investigaciÛn moderna sobre estados d ' e conciencia y la psicologÌa transpersonal re-descubrieran la espiritualidad constituye un endoso a la religiÛn convencional; fue m·s bien sÛlo un re-descubrÌmiento de las experiencias espirituales, tales como la experiencia de morir/renacer, de vidas anteriores, de uniÛn con el universo, de identificaciÛn con ciertos animales. Ya habremos visto durante la demostraciÛn de respiraciÛn holotrÛpica que precediÛ a esta conferencia, el tipo de experiencia que tuvieron algunos de los participantes, de identificaciÛn con la naturaleza, con animales, y dem·s.

            Estas experiencias frecuentemente traen con ellas información nueva sobre el tema del que tratan: uno puede tener una experiencia transpersonal con un leÛn, y como resultado de ello aprender sobre los leones mucho m·s de lo que aprenderÌamos viendo una pelÌcula o leyendo un libro sobre leones. 0 podemos tener una experiencia "fuera de cuerpo" en la que viajamos y vemos lo que est· ocurriendo en otra habitaciÛn en este edificio, o algo que sucede a 200 millas de distancia; es decir, se trata de experiencias v·lidas y legÌtimas que pueden acarrear con ellas un gran volumen de informaciÛn sobre el universo, que est· m·s all· de lo p˙ramente intelectual y deben, en este sentido, ser tomadas en serio.

            Ahora bien, este tipo de experiencia transpersonal frecuentemente ocurre en ·mbitos religiosos mÌsticos, o en Ûrdenes mon·sticas, cuyos integrantes practican por ejemplo la meditaciÛn, pero no tienen que ver en absoluto con el Vaticano, 'Con jerarquÌas, con sacerdotes; son experiencias v·lidas, muy personales e individuales, que son perfectamente compatibles con la ciencia, como tratarÈ de demostrar m·s adelante. No deben ser confundidas con el dogmatismo, fundamentalismo, y ritual de las iglesias convencionales, que son ajenas a la espiritualidad tanto como a la ciencia. Pero desde el punto de vista de la psicologÌa tranpersonal se puede ver cÛmo existe y se produce la distorsiÛn: en la cuna de casi todas las religiones, yacen experiencias espirituales de los fundadores, santos, o profetas, que constituyen la fuente original de esa religiÛn, pero m·s tarde, cuando surge una iglesia establecida, aparece una serie de otros factores que producen una pÈrdida de la con 'xiÛn con la inspiraciÛn original.

            Steindl-Rast, de quien ya hablÈ anteriormente, compara esto con un volc·n: la inspiraciÛn espiritual original constituye la magma volc·nica ardiente, donde todo est· vivo RemoviÈndose, mientras que la iglesia convencional que sigue, constituye la corteza de lava ya frÌa, que alguna vez fue algo, pero es ahora una cosa muy distinta. AsÌ es cÛmo as iglesias convencionales fomentan uniÛn entre aquÈllos que son sus miembros, pero tambiÈn fomentan divisiones en el mundo, entre sus feligreses y aquÈllos que no lo son: cristianos y paganos, hind˙es y musulmanes, lo que lleva a guerras religiosas y otros conflictos similares.

            Cada una de las iglesias establecidas tiene ramas misticas: los mÌsticos cristianos, los Sufi dentro del Islam, la C·bala y el Hasidismo dentro del Judaismo, y en estas ramas sus practicantes buscan la experiencia directa con la divinidad, usando tÈcnicas tales como la meditaciÛn, el baile, la respiraciÛn, que los llevan a experimentar la realidad divina. Esto es lo que enfoca la psicologÌa transpersonal, que no se interesa en la religiÛn, ni en cosas tales como las Cruzadas o la InquisiciÛn, m·s relacionadas a cuestiones de manipulaciÛn, control y poder, de interÈs para los historiadores, que, no tienen nada que ver con la espiritualidad. Incluso es posible imaginarse una iglesia que no tenga nada que ver con la espiritualidad, es m·s, que constituya un obst·culo activo en contra de la verdadera espiritualidad. Carl Gustav Jung escribiÛ qu-e la funciÛn de la mayor parte de las iglesias establecidas es la de proteger al p˙blico de una experiencia directa con Dios.

            Un amigo mÌo, Walter Houston Clark, profesor muy conocido que ha escrito un texto sobre la psicologÌa de las religiones, despuÈs de 20 altos de enseÒar el tema, tuvo finalmente una experiencia mÌstica, y pudo comprender de quÈ se trata aquÈllo sobre lo que ha estado escribiendo durante tantos, aÒos.

            Se podrÌa comparar lo que sucede en iglesias convencionales con una vacuna: uno va a la iglesia el Domingo y recibe un vacuna para protegerse de la experiencia real. Ud. va con sus niÒos el Domingo a la iglesia y puede llenarse de espiritualidad falsa condenando a sus vecinos que no han ido.

            La espiritualidad requiere experiencia directa de la dimensiÛn divina. Y hay dos grandes tipos de experiencias espirituales: la primera es de espiritualidad inmanente, es decir, donde todo aparece como normal, los ·rboles, las personas, el cielo, las flores, las sillas alrededor aparecen como tales, pero en cierto sentido todo aparece profundamente transformado, como si los bordes se derritieran, todo aparece intensamente vivo, todo est· integrado en un solo campo de visiÛn,y de energÌa creadora, y a˙n lo m·s banal es creaciÛn divina, creaciÛn de una inteligencia cÛsmica, pero nada es aÒadido ni nada se transforma excepto nuestra propia percepciÛn de ello. Una comparaciÛn serÌa la de estar contemplando una pantalla de televisiÛn en blanco y negro, y en la cual aparecieran s˙bitamente los colores.

            La segunda es la de espiritualidad trascendente, donde aparece algo radicalmente distinto, tal como una visiÛn de la Virgen MarÌa, o de Kali, o del paraÌso terrestre, o se ve una luz divina, como frecuentemente sucede en casos erca de la muerte. Estos son los dos tipos de experiencias mÌsticas que nos interesan.

            Las "aperturas " espirituales vienen en dos clases. Una es, por ejemplo, en casos de depresiÛn, frustraciÛn y desaliento, un estado de crisis donde no vemos ninguna salida y estamos a punto del suicidio, cuando algo sucede s˙bitamente, y trascendemos la crisis, como una especie de muerte del ego. Existe otra posibilidad donde, por ejemplo, vamos flotando en una balsa en el RÌo Colorado, viendo las bellÌsimas formaciones rocosas en el Gran CaÒÛn y, de pronto, no podemos distinguir dÛnde termina la balsa y dÛnde empieza uno mismo, no podemos separarnos de las rocas ni del cielo, y tenemos una sensaciÛn de universalidad y de uniÛn con todo lo que nos rodea. Esto le puede ocurrir a artistas en la escena, a personas escuchando m˙sica, o a visitantes a lugares como el Taj-Majal, etc.

            Estas son las experiencias que Maslow denominÛ "experiencias cumbres", y que tienen mucho que ver con la adicciÛn y con la cura de la adicciÛn, ya que para muchos alcohÛlicos adictos Èstas pueden ocurrir en los lugares m·s insospechados. Bill Wilson estaba en el hospital en medio de una crisis severa y Èsta es la descripciÛn de lo acontecido:

            "Ahora, no tenÌa nada delante de Èl que no fuese la muerte o la locura, Èste era el final, el punto donde iba a tomar el salto final, la oscuridad amenazadora era total para Èl, y en su desesperaciÛn y desvalidez, gritÛ: !HarÌa cualquier cosa, lo que fuese, por salvarme! HabÌa llegado a un estado de entrega total, y exclamÛ: !Si es que existe un dios, que se deje mostrar! Y el propio Bill entonces describe: S˙bitamente mi habitaciÛn se vio invadida por una luz increÌblemente intensa, mientras yo me llenÈ de un Èxtasis indescriptible, me vi situado en la cumbre de una montaÒa donde soplaba un viento no de aire sino de espÌritu, que se introducÌa a travÈs de mÌ en grandes r·fagas y me vino un pensamiento incontrovertible: =eres un hombre libre! Me invadiÛ un sentimiento de gran paz y me sentÌ intensamente al tanto del momento presente, que se me hacÌa constituido por un mar de puro espÌritu. Estaba acostado en las riberas de un nuevo mundo, y por primera vez sentÌa que pertenecÌa a Èl. Supe que podÌa amar y ser amado".

            Después de este punto, jamás volvió a tomar alcohol.

            Esto es un ejemplo del Ènfasis que el movimiento AlcohÛlicos AnÛnimos tuvo originalmente sobre la experiencia directa. DespuÈs vino lo que William James llamo la "variaciÛn educacional", refiriÈndose al cambio producido menos dram·ticamente y m·s lentamente a travÈs de pr·cticas cotidianas.

            Para resumir, el af·n hacia la trascendencia espiritual es una tendencia muy importante en el ser humano,'algo asÌ como el deseo de sexo, pero mucho m·s profunda y fundamental; y, de alguna manera, la adicciÛn tiene mucho que ver con esta tendencia, como si se tratara de una manifestaciÛn distorsionada, irreconocible, de esa tendencia fundamental. Muchos participantes en nuestros programas de respiraciÛn holotrÛpica, despuÈs de experimentar este tipo de experiencia espiritual, afirman que era eso precisamente lo que estaban buscando, no alcohol o heroÌna, que implican una especie de caricatura con disminuciÛn de claridad o intelecto, sino precisamente este tipo de experiencia espiritual, que conlleva sentimientos de paz, riqueza de percepciones cÛsmicas, claridad y serenidad.

            Entramos ahora en la ˙ltima parte de mi presentaciÛn, que ser· breve, aunque requirirÌa casi toda urÌa conferencia, como hice hace poco en Bombay, es decir, la convergencia entre la ciencia y la espiritualidad. Mi propio libro sobre esto se titula "Beyond the Brain". AsÌ que la ciencia occidental, mecanicista y materialista, no sabe distinguir entre la espiritualidad y la religiÛn. Las grandes filosofÌas espirituales, tales como el Yoga, el Vajrayana tibetano, el TaoÌsmo, o el Sufismo, serÌan tratadas todas como una sarta de supersticiones folklÛricas o de boberÌas fundamentalistas, sin poder discernir que se trata de algo muy distinto. Igualmente, incluso en psiquiatrÌa, la ciencia tradicional no sabe distinguir entre misticismo y psicosis, asÌ que cualquier experiencia directa de la dimensiÛn espiritual ser· vista como algo patolÛgico, como una psicosis, a ser tratada tÌpicamente con medicamentos. Se ha escrito una serie de artÌculos y trabajos sobre cu·l deberÌa ser la diagnosis psicopatolÛgica correcta de individuos tales como Jes˙s, Mahoma, o Maharsi, o Aurobindo -hay publicaciones antropolÛgicas sobre los desaikstes'y de lo que se debe hacer con los chamanes, si son psicÛticos ambulantes, o esquizofrÈnÌcos, o histÈricos, o epilÈpticos-. Frank Alexander, eminente psicoanalista, ha descrito la meditaciÛn como una forma artificial de la catatonia, como si uno no debiese meditar a no ser que tenga un temperamento patolÛgico. AsÌ que la espiritualidad, desde el punto de vista de la ciencia occidental tradicional, se considerarÌa un caso de educaciÛn deficiente, informaciÛn deficiente, Inhabilidad para comprender el mundo material en el que fio existe espacio para el espÌritu, algo relacionado con la supersticiÛn, y si ocurre en personas de alto nivel intelectual, serÌa considerado una patologÌa, algo no resuelto en temprana edad que ha quedado pendiente, asÌ que pensar en Dios que existe una relaciÛn defectuosa con nuestro padre sanguÌneo. Y una experiencia espiritual directa, serÌa interpretada como patologÌa severa.

            Este tipo de enfoque presenta grandes problemas porque, en primer lugar, se ignora la observaciÛn y experiencia personal en las situaciones transpersonales. Si se usa este enfoque, tenemos que afirmar que este tipo de experiencias transpersonales sencillamente no existen en nuestro universo. Esto sucede frecuentemente en el caso de las experiencias fuera-de-cuerpo, donde existe amplia evidencia sobre personas que se encuentran, por ejemplo, cerca de la muerte, acostadas con los ojos cerrados, mientras un equipo mÈdico trata de salvarlas o resucitarlas, y entonces su conciencia se separa, y la persona ve a su propio cuerpo desde cierta distancia, quiz·s desde cerca del techo, o puede ver cosas que suceden en otra habitaciÛn o a 200 millas de distancia, y que despuÈs, cuando resucitan, la conciencia regresa al cuerpo y la persona puede narrar lo que vio. Incluso existen casos documentados de personas que pudieron ver esas escenas o acontecimientos Ûpticamente a todo color, siendo mÈdicamente ciegas, y que cuando regresaron o resucitaron volvieron a su estado de ceguera original. Esto representa desde luego un desafÌo a la sabidurÌa cientÌfica convencional. Todo aquÈl que haya sido entrenado en un sistema Cartesiano-Newtoniano naturalmente negar· que este tipo de experiencia pueda existir en este tipo de universo. Pensar· que habr· habido alg˙n error. Hay una gran necesidad de negar su existencia por el temor subliminal de que, si se cree en ellas, todo el sistema convencional en el que creemos se vendrÌa abajo. Es preferible ignorarlas y,junto a ello,ignorar el rol de la conciencia en relaciÛn con la materia. Muy pocos est·n dispuestos a enfrentarse a estas preguntas.

            AsÌ que la ˙nica forma que tienen para enfrentar esta situaciÛn es simplemente eliminar el campo completo de las experiencias transpersonales como objeto digno de estudio. La mera afirmaciÛn que hace la ciencia moderna occidental de que la materia constituye la ˙nica realidad en el universo, es de por sÌ imposible de demostrar. Lo m·s importante en la ciencia occidental es que los hechos puedan ser demostrados y replicados, y esta hipÛtesis es imposible de ser demostrada, no importa la forma, y queda como una afirmaciÛn metafÌsica. Las experiencias transpersonales por el contrario dejan intuir que hay una realidad espiritual y en ning˙n 'caso implican que exista sÛlo lo material.

            Otro problema que presenta este enfoque es que con Èl se hace una extrapol·cÌÛn ilÌcita de la fÌsica a la psicologÌa, empezando con un universo de preceptos fÌsicos Newtonianos que entonces se encajan a los psicÛlogos, dictando quÈ pueden observar o no observar, ver o no ver, decir o no decir. Esto no es aceptable en la ciencia convencional, donde hay que observar hechos y tomar datos, y luego proponer una hipÛtesis que explique las observaciones, pero donde igualmente no se puede hacer predicciones sobre algo que a˙n no se ha observado.

            Un problema adicional que conlleva esta forma de pensar es que se crea una confusiÛn entre el mapa y el territorio. Korzybski escribiÛ ampliamente sobre esto, asÌ como Gregory Bateson con su tipologÌa lÛgica. Este ˙ltimo explicÛ que la teorÌa cientÌfica es como un mapa, y la realidad descrita es como el territorio, y estas dos cosas no deben ser confundidas. Bateson decÌa que si los cientÌficos contin˙an cometiendo el error de confundirlas, llegar· un momento en que al entrar en un restaurante, se comer·n el men˙ en vez de la comida.

            Quiero mencionar una cosa m·s, como Wilbur decÌa, que si parece existir un conflicto entre ciencia y espiritualidad, debe tratarse de falsa ciencia o falsa espiritualidad; que si ambas son legÌtimas, no existe conflicto.

            Y para terminar, algo muy prometedor e interesante es que en una serie de recientes descubrimientos en una variedad de disciplinas que representan un nuevo panorama, es decir un nuevo aradigma, Èste aparece perfectamente compatible con la psicologÌa transpersonal. Esta ˙ltima es incompatible con una visiÛn Cartesiana-Newtoniana, pero m·s y m·s compatible con lo nuevo que est· descubriendo la ciencia. SÛlo mencionarÈ algunos casos: la fÌsica moderna nos enseÒa la unidad general del universo, donde la conciencia tiene un papel distinto al que pens·bamos, mucho m·s cercano al que han descrito los grandes mÌsticos; en la biologÌa con Rupert Sheldrake y su idea de los campos morfogenÈticos; la ciencia occidental nunca ha lidiado adecuadamente con la idea de la forma, el orden y la norma. Es decir que el mundo comienza a ser visto como una increÌble obra de arte, con forma, con sentido, que no puede ser explicado solamente en tÈrminos materialistas. Como analogÌa, serÌa imposible describir a la Mona Lisa como una pura composiciÛn quÌmica de elementos: ello implicarÌa perder el sentido real de esa pÌntura como obra de arte. Bateson, por su parte, se refiriÛ especialmente a esto en un trabajo titulado "Cybernetics of the Self', una teorÌa sobre el alcoholismo, donde describe la muerte del ego como el comienzo de la cura.

            El nuevo paradigma describe a todo dentro del universo como producto de una inteligencia cÛsmica, elanima Mundi, un poder superior, que puede ser concebido en tÈrminos de la ciencia moderna. Retornando a mi pasiÛn, creo que si se tiene esta nueva concepciÛn cientÌfica en la psiquiatrÌa y en la terapia, podemos lograr grandes avances en el tratamiento de las adicciones, en el tratamiento de personas que atraviesan crisis psico-espirituales, y finalmente en la resoluciÛn de la crisis global.


Décimoprimera Conferencia Internacional Transpersonal:
 "B˙squeda Espiritual, Dependencias y Adicciones" Eugene (Or.). Setiembre 1990. Segunda Parte.
Traducido del inglÈs por Kenneth A. Symington y TAKIWASI.

            



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